Educando sin gritos

Todo comenzó algunos meses atrás cuando deje de sentir culpa por todo lo que hacia o dejaba de hacer, como les conté en este post: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran CULPA. Después de decirle adiós a la culpa, empecé a sentirme incómoda con ciertas actitudes "explosivas" que estaba teniendo frente a mis hijas, sobretodo en los momentos de sobredosis de llantos, quejas, gritos y desobediencias. Después que pasaba la "explosión", oía una voz que me decía: "Sé que la paciencia a veces escasea, sé que ha sido un día difícil, sé que lo has repetido varias veces, sé que a veces te sientes agotada, sé que no quieres oír más llantos. Pero podrías reaccionar diferente. Tu puedes!" . Esta voz no me estaba acusando, como hacía la culpa. Esta voz me estaba guiando, me estaba diciendo algo que necesitaba oír. 
Pasaba el tiempo y esa voz siempre aparecía en esos momentos y me daba ánimo para hacer las cosas diferentes. Me hacia ver que no podía justificar mis malas actitudes con excusas como “estoy cansada", "el día ha sido intenso", o "las niñas están incontrolables”. 

Casualmente, al mismo tiempo que escuchaba esa voz cada vez más presente, mi mamá me mandó un mensaje  de cómo los gritos afectan a los niños. Ella me pidió perdón por los gritos que me dió de niña. Al leerlo, tuve la certeza que tenía que tomar una decisión: quitar los gritos y la agresividad en mi vida. Era hora de romper esa cadena de crianza con gritos. No solo por mis hijas, sino por mí misma y mi entorno.

Los primeros días fueron muy duros. Tenía casi que morderme la lengua o, como me aconsejó una amiga, encerrarme en el baño por unos segundos para respirar. Sin embargo, con el pasar de los días sentí que uno era mejor que el anterior. Claro! Hay excepciones, como la semana que terminó. Me sentí cansada no solo físicamente, sino mentalmente y emocionalmente. Fue una semana intensa. Mi esposo estuvo viajando varios días y mis hijas estuvieron probando mi paciencia con un coctel de llantos, gritos, quejas, peleas y noches mal dormidas.

Que duro es mantener la calma, hablar pausadamente y mantener un tono sereno. Es fácil cuando todo esta en calma. Pero cuando todo esta patas arriba, es difícil. Ha sido un ejercicio mental y emocional que agota. Sin embargo, aunque hay momentos que quiero gritar y salir corriendo, creo que he mejorado mucho. Con recaídas y todo, siento que el ambiente con mis hijas es mejor y creo que ellas se están dando cuenta de ese cambio.

A veces, sin darnos cuenta vamos teniendo actitudes nocivas y repetitivas que se vuelven parte de nosotros. También hay patrones de comportamiento que heredamos y repetimos. Por ejemplo, la agresividad a veces es nuestro pan diario. Quién no es agresivo cuando maneja? O cuando llama para alguna reclamación por teléfono y lo tienen a uno horas? Quién no fue educado con gritos y ahora esta haciendo lo mismo? Yo no era consciente de mis gritos y mi cantaleta, hasta que empecé a oír i voz interna. Algunos la llamarán la voz de la conciencia, yo la llamo la voz de Dios.

Personalmente creo que, desde que uno tenga las ganas de cambiar y sea consciente de cuales son las fallas, es posible cambiar! Vale la pena hacer el esfuerzo. Habrán días fáciles, otros no tanto. Pero en la medida que nos esforcemos, ese nuevo comportamiento empezará hacer parte de nosotros y de nuestro día a día.

Mamás, papás, hagamos el esfuerzo. Queremos un mundo mejor, hagamos algo para tenerlo. Criemos hijos sin violencia, sin heridas físicas y emocionales. Esforcémonos más no en darles las mejores cosas pero sí los mejores ejemplos. Sembremos en ellos amor, respeto y diálogo, que todo eso va dar un fruto abundante. 


Te animas a hacer un borrón y cuenta nueva?

"Dios, hoy quiero pedirte perdón por esas malas actitudes y esos momentos en que la ira o el mal genio o el cansancio o la impaciencia,  me han hecho reaccionar mal. Te pido perdón y le pido perdón a mis hij@s si los herí con mis palabras o actitudes. Examina mi corazón y sanalo si hay heridas del pasado. Guarda el corazón de mis hij@s todo el tiempo. No permitas que nada ni nadie los dañe y menos yo. Ayúdame a no ser mal humorada, ni cantaletuda, ni impaciente, ni explosiva, etc. Transforma mis debilidades en fortalezas. Que a partir de ahora, se rompa toda cadena de educación con gritos, de educación que daña. Quiero empezar un capítulo nuevo. Quiero educar, corregir, formar, guiar, como tu lo harías.  Con el amor, la paciencia y el carácter que tu lo haces. Dame las herramientas, las estrategias y la sabiduría que necesito. Gracias por que siempre estas conmigo y me hablas a través de todo. 
Ayuda a todos esos padres que quieren hacer las cosas diferentes, pero esta luchando en sus fuerzas. Muestrales que contigo todo es más fácil. Transforma hogares y sana los corazones de los padres y de los hijos. Permite que empiecen una historia nueva en sus vidas. Amén!

Comentarios

  1. Hola! Me encantó este artículo. Yo también al igual que tu soy muy consciente de las consecuencias negativas de los gritos en los niños y procuro usarlos solo en caso de extrema necesidad. Tengo una pregunta, aparte de la oración, qué recomiendas para aquellas familias en las cuales papá y mamá no están en la misma tónica? Cómo sugieres que se maneje el tema si este ha sido discutido con tu pareja en repetidas ocasiones y no se tiene la misma mentalidad frente al tema?

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    1. Hola Ana, personalmente creo que si quiero que mi esposo o hijos cambien, primero debo cambiar yo. Cuando respondemos a los gritos con amabilidad, estos pierden fuerza. Se que es un poco desgastante eso, pero podrías intentar. Otra cosa que puedes hacer, es mandarle artículos donde hablen al respecto de ese tema y así el pueda entender más claro lo que quieres decirle.

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    2. Me gusta tu idea. Voy a intentarlo :)

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    3. Ana, no se que paso con el mensaje que me escribiste en el ultimo post. Te escribi una respuesta allá. Un abrazo

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  2. Hola como estas? En un momento de tristeza y desesperación me encerre en mi baño sentia q no podia más con tanta carga en mis hombros y ore le pedí a Dios me ayudara y me diera respuestas a tantas cosas que sentía dentro de mí. Y encontre este blog como respuesta a una de mis mas grandes angustias. Gracias a Dios y a ti por permitirme ver que no soy la única que a veces siente temor y pierde la cordura y la paciencia. Espero aprender más y seguir mucho tus consejos y los mensajes de papito Dios

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